lunes, 20 de junio de 2016

la noche de luciernagas.


Es una noche de luciernagas y luna llena,
de pensamientos y nada de ideas
de sentimientos flojos,
de esos que no tienen ni ganas de salir y flotan en la superficie.

Es una noche de esas en las que me gustaria que todos los lugares fueran el mismo
que el no hacer fuera lo mismo que el hacer
que el pensar, y el sentir también se igualaran.
Que no hubiea disonancia entre las cosas, que todo empatara, que todos empataramos

Cruce mi lindo bosque de atrás, otros le llamaría patio, yo no.
lo cruce y fui asaltada, por dos luciernagas,
no pude evitar sentir una emoción, que me llevó a una decada atrás.
2005 para ser exactos, debió de haber sido en estas fechas ya que al aprecer es cuando empiezan las luciernagas en el estado de ny.

al instante me senti melancolica de no ser ya esa pamela,
hay mil cosas y aprendizajes y experiencias más en esta que habito ahora,
pero las ganas de soñar y la ingenuidad, las extraño.
Incluso, aun reconozco a esa pamela en la que llego a vivir a brooklyn hace dos años,
y no sabia que la había perdido, hasta que me reecontre con el ladrón.

Sí tu me la robaste, me la robaste con tu facilidad de ilusionar, y mentir.
con tu capacidad de escurrirte como trago de bar barato.
fuiste tú, y aun recuerdo la noche cuando la lloré, estabamos juntos y senti la diferencia.
Ya no tenía ganas de soñar con un amor de chick flick.
ya no tenía ganas de llenarme de amor, más aun sentía el vacio. lo siento.
fuiste tú, el que robo la ultima parte de mi adolescencia, y si soy una casi treintona añorando adolescencia, no saber las consecuencias, vivir por el momento, creer todo del futuro, y añorar a cada noche el pasado, esas ganas de creer que al final todo debe salir bien.
me la robaste, y no solo eso, me hiciste encontrar a una nuevas persona en mi, la que sutituia a la adolescente por ganas de compartir, ganas de vivir con alguien e iniciar algo. Me hiciste reconocerme en esta nueva parte, y justo cuando todo pintaba mejor, como siempre, decidiste irte, de nuevo y de nuevo.

Ya no te estoy llorando a ti, o talvez no soy para reconocerlo. Según me siento aquí en la noche de luciernagas, llorandome a mi, y las multiples ganas que he perdido en el camino, llorandome por dejame perder en ti, o en cualquier cosa que no vale la pena.

Me disculpo conmigo misma, porque perdi el centro, y estaba vez me di cuenta, esta vez pude prevenirlo y lo vi suceder dia tras dia, pero por ti, lo ignoré. Por ti me ignoré, no vuelve a sucederme.
no por ti no por nadie. No me vuelvo a abandonar por promesas ajenas.

Pamela.

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